contraculturales

Estambul, 21 de agosto del 2005

Estimado amigo:

Estoy tomándome un café,... y han puesto a Ryan Adams,... y me he acordado de que no será fácil encontrar otro momento mejor para explicarte lo que quedó pendiente aquel día que estuvimos hablando del proyecto -¿recuerdas?, ¿por teléfono?.

Sí, definitivamente le tengo terror a la institución. Sé que no tiene que ser necesariamente mala y que pueden buscarse formas para evitar los problemas que dan pero de momento, en lo que he podido ver, continúa siéndome más fiable el trabajo personal sin el intermediario de la institución. El problema que tengo para explicarte con todo lujo de detalles el porqué es debido a lo sutil que es muchas veces la diferencia. No estaría tan seguro de mi postura si no fuese porque en muchos casos mi postura es la mejor pero sí es cierto que en otros casos -creo que los menos- me costaría horrores defenderla por lo sutiles que son sus ventajas.

Me quedo tranquilo viendo que en definitiva los apóstoles y profetas que envió Dios para enseñarnos su voluntad no tuvieron más institución que la iglesia o el pueblo de Israel. Y con esto no digo que una institución esté fuera de lugar pero siendo que "andamos a tientas como sin
ojos" prefiero creer que hay un camino mejor para hacer las cosas. Sobre todo las cosas que son, cómo decirlo... ¿contraculturales?. Porque la marcha de lo que yo considero más desafortunado en la iglesia se conduce precisamente... se conduce por la institucionalización. La voz profética suele darse contracorriente a la institución religiosa.

Yo realmente he visto que siempre has tenido un gran potencial para funcionar como esa voz profética contracultural y que aunque no totalmente pero sí en parte has funcionado como tal siendo simplemente tú. Entiendo que ahora que has tenido un nuevo encuentro con la palabra de Dios que ha cambiado tu vida, es posible que hayas al mismo tiempo querido encontrar medios que te ayuden a aspirar a ese total potencial... y si es así estoy muy contento por ti y por los que podrán oirte. Si deseas hacerlo en el contexto de una institución te deseo igualmente lo mejor pero personalmente no es algo que creo que necesites ni tú, ni yo, ni las personas que puedan oirte a ti, a mi o a cualquier otro. Y con esto por supuesto no quiero decir que no vas a contar conmigo -me sentiría muy mal si no contaras conmigo, la verdad. Pero si has de contar también con que yo pienso de esa manera, porque mi pensamiento forma parte de mi.

Estoy convencido de que la gente necesita oir del Evangelio. Muchos de ellos están en las iglesias, donde cada día es más difícil oir del Evangelio. Y oir el Evangelio de una persona que entiende tu cultura es una experiencia preciosa que los dos comprendemos, porque el Señor ha querido bendecirnos con ella ¡gracias a él!. ¡Y quiero hacer esa experiencia posible a otros si es esa su voluntad!. Mis palabras no están aquí para quitarle valor al proyecto sino que quizás, si es posible, potenciarlo, para que no sea -como ha ocurrido en otros casos- ahogado por la misma institución.

Estoy seguro de que tienes en tu memoria muchos recuerdos de cómo al bajar del escenario has podido ministrar a personas. Es posible que creas que hay una manera de hacer que eso se produzca más a menudo y este proyecto es un intento. Pero en mi opinión lo que una persona como tú es capaz de enseñar a un adolescente en dos frases no es fácil que sean capaces muchas otras personas en dos seminarios. El seminario es algo forzado e impersonal, para muchos jóvenes cristianos es además obligado y previsiblemente aburrido. Yo mismo no recuerdo haber aprendido nada en un seminario así y sin embargo guardo muchas frases que me fueron dichas personalmente en la memoria. Lecciones que no les llevó más de dos frases y que modificaron mi vida.

Como te comenté fuí a Freakstock '05. Resultó ser una interesante evolución de lo que conocimos como música cristiana en los 80, pero creeme que ha evolucionado mucho. Los patrones no son tan rígidos, no son tan predecibles y los artistas parecen haber encontrado más y mejores formas de expresarse. Organizaba el festival una gente de Alemania llamada Jesus Freaks, que procede del mundo del punk y que al acercarse al Evangelio no ha querido renunciar a su cultura. Hacen mucho énfasis en esa realidad, tanto que -como decía uno de ellos en una presentación- lo primero que uno piensa cuando se acerca a ellos es "coolness". He echado de menos sin embargo lo principal, lo que es eterno y lo que podría darle valor real a esa expresión de "creatividad relativa", la palabra de Dios, el Evangelio. La cultura siempre cambia, lo que es "guay" hoy no lo será mañana, pero la palabra de Dios permanece para siempre. Esa es una verdad que quizá por ser dicha por gente que no se molesta en entender la cultura es menospreciada por muchos y creo que gente como tú puede y debe hacer todo lo posible para evitar que ocurra.

Mi punto de vista es que el entendimiento de la cultura ha de estar implícito, nadie debería darle mayor importancia a su conocimiento de la cultura, sino que eso se debe de dar por hecho. Lo que debe ser explícito es el Evangelio. Por ejemplo los talleres de Freastock en mi opinión deberían haber sido no "CÓMO SER UN PUNKIE CRISTIANO" sino que, siendo que el orador es un punkie -y dándose así por hecho que se es posible ser punkie y cristiano al mismo tiempo, se explique en profundidad "CÓMO SER CRISTIANO".

Me encanta cuando Lucas, en Hechos, hace esa referencia a cómo recordaban a menudo a una hermana mirando lo bien que hacía la ropa. Cuando hacían eso estaban valorando una forma de arte, con criterios propios como la utilización de los colores y las formas, ¡no deberían estar
perdiendo el tiempo!. Aun Lucas repara en ese detalle que no tendría porque haber mencionado. La expresión y la contemplación de la belleza (o de la fealdad) es un don de Dios que disfruto cada día muy intensamente, pero en las cuestiones importantes del reino este don debe estar implícito. Creo que le ocurría eso a Erasmo de Rotterdam, a quien admiro mucho y te recomiendo.

Saludos,
Pablo

Comentarios