Paul Washer



He disfrutado y derramado muchas lágrimas escuchando las palabras de este joven predicador llamado Paul Washer. ¡¿Qué otra cosa podía hacer? Me ha emocionado descubrir que no todos los predicadores hablan como los que aparecen los películas o series de televisión. Seres reprimidos, pusilánimes y depravados. Tampoco habla como los pastores evangélicos actualmente, que es de quienes toman el modelo los guionistas de Hollywood. Este se parece más al profeta Eliseo por ejemplo.

No obstante he lamentado un pequeño detalle en el que me gustaría reflexionar sólo un momento.

¿Está justificado su énfasis en la necesidad del creyente de vestirse y hasta de oler de forma distinta a los no creyentes? Él mismo no viste de forma distinta a como pueden vestir la mayor parte de mis compañeros de trabajo y oler, no sé realmente a qué debe oler él, pero es difícil imaginar que tenga un olor distinto al sudor o el perfome que pueda ser característico de cualquier otra persona.

Me acuerdo pensando en ésto de lo fácilmente que las personas han interpretado que el pecado de Sodoma y Gomorra era precisamente el relacionado con el sexo que más les diferenciaba visiblemente de la cultura cristiana. Los mismos judíos habían mal interpretado el relato de Génesis cuando Dios tiene que recordar a su pueblo a través de Ezequiel que el pecado de ellos era "soberbia, pan de sobra y abundancia de ocio" -rasgos mucho más sutiles y comunes a todos los pueblos, a creyentes y no creyentes.

Jesús mismo, cuando habla del pecado de Sodoma entre otros menciona que "se casaban", ..."comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban" - ¿y no hacen esto también los creyentes?. De hecho Jesús continúa diciendo que el día en el que seamos distinguidos de forma concluyente los salvos estarán haciendo en lo que se refiere a la apariencia justo las mismas cosas que los no creyentes: durmiendo en la misma cama o trabajando en el mismo molino.

¿Qué estoy queriendo decir? ¿qué no debe haber nada que distinga a los unos de los otros?. En absoluto. Lo que estoy queriendo decir es que el énfasis de lo que debe distinguir a los creyentes de los no creyentes en la Biblia, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de las religiones, no es lo aparente, sino que es -como decía Miqueas-: "hacer justicia, amar misericordia y ser humilde ante tu Dios".

¡Que el Señor siga bendiciendo los esfuerzos de Paul Washer pues a pesar de este pequeño detalle la Palabra de Dios sale de su boca como abundantes manantiales de agua viva!

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