en un mundo que desconocemos casi totalmente

Creo que van a ser unos cuatro días de viaje los que me voy a llevar de Praga a Estambul. Una auténtica odisea sobre todo teniendo en cuenta que estoy totalmente incomunicado por el idioma y unos servicios muy deficientes. En un pueblo me quedé colgado por no estar en el vagón adecuado y tuve que rehacer otra vez la ruta. Me he quedado sin comida y un controlador me ha quitado el ticket de regreso a casa. Dice que me lo devolverá pero aquí nada parece previsible. "Palpamos la pared como ciegos, y andamos a tientas como sin ojos. Tropezamos a medio día como de noche, estamos en lugares oscuros, como muertos" (Is. 59,9-12). Cuando Isaías escribe este texto está describiendo una situación común no solamente a las personas de su época sino también a la de las demás. El hombre está incapacitado para conocer todo lo que sabe que existe. Utiliza sus sentidos todo lo que estos le permiten pero descubre por otros que no es suficiente. Las manos que tocan las paredes y los objetos que le hacen caer le indican que hay mucho más de lo que sus sentidos le dejan conocer. El que cree suficiente su sentido de la vista o la ciencia no es más ingenuo que el que cree que lo es el tacto o las intuiciones. Los ojos, la razón nuestros sentidos y nuestras más iluminadas apreciaciones no son en definitiva más que torpes intentos de facilitar la poca movilidad que tenemos en un mundo que desconocemos casi totalmente. El mismo lenguaje, tan imprescindible en la comunicación y el conocimiento, a menudo sorprende por su incapacidad para expresar y comunicar lo que realmente se desea.

Comentarios

AB. ha dicho que…
El lenguaje y sus valkirias, las palabras , cada día me fascinan más.Tienen vida propia. Todo el día hablando para no decir nada significativo. Y callar, porque en ese momento deciden desertar de la batalla.
EinarOlafson ha dicho que…
Una valkiria nunca deserta de la batalla, ese es el problema, hacen lo que quieren pero no huyen nunca...